sábado, 22 de agosto de 2009

A 250 años de la muerte de Georg Friedrich Haendel

© Vilma Santillán (texto)-T. Hudson: retrato de Haendel (1749), AKG Images.

Es el compositor más grande que ha vivido jamás. Me descubriría ante él y me arrodillaría ante su tumba” dijo Ludwig van Beethoven en 1824 refiriéndose a Georg Friedrich Haendel, de quien este año se recuerdan los 250 de su muerte.

Georg Friedrich Haendel nació en Halle, Alemania, el 23 de febrero de 1685, el mismo año que otros dos grandes músicos barrocos: Johann Sebastian Bach y Domenico Scarlatti. Junto con Johann Adolf Hasse y Christoph Willibald Gluck, Haendel representa el punto culminante de la ópera barroca alemana. Los tres realizaron fuera de Alemania gran parte de su carrera musical (Haendel en Gran Bretaña, Hasse en Italia y Gluck en Francia y también en Italia) y estuvieron fuertemente influenciados por la escuela italiana. Haendel fue casi un extranjero en su país, donde sólo estrenó tres óperas juveniles antes de marchar hacia Hamburgo y luego a Italia, con poco más de 20 años de edad. Allí estrenó con éxito su primer oratorio y profundizó sus estudios musicales. Su posterior estadía en la corte de Hannover constituyó una breve etapa previa a su llegada a Londres. En Gran Bretaña se lo considera un músico nacional: allí vivió casi medio siglo, compuso y estrenó sus obras más importantes, adquirió la ciudadanía británica y murió.

Compuso 43 óperas, de las cuales las más representadas en la actualidad son: Il pastor Fido (de 1712 y revisada en 1734), Acis y Galatea (1719), Giulio Cesare (1724), Alcina (1730) y Xerxes (1738). De sus 27 oratorios, los más cantados son: El Mesías (1742), Sansón (1743) y Judas Macabeo (1747). Para algunos críticos, “nada es más parecido a una ópera de Haendel que un oratorio suyo y viceversa”, dada la carencia de un sentido de acción dramática en sus óperas, donde la expresión vocal es dominante, pero cierto grado de dramatismo y de teatralidad en sus oratorios, muchos de los cuales parecen óperas camufladas.

Además de músico, debemos recordar que Haendel fue empresario teatral: dirigió por muchos años la Royal Academy of Music, compañía real de ópera italiana con sede en Londres, para la cual escribió muchas de sus obras y viajó por Europa continental para contratar músicos y cantantes para sus espectáculos.


[+ info en: Valenti Ferro, Enzo: Breve historia de la ópera, Editorial Claridad, Buenos Aires, 1992. ISBN: 950-620-066-1.]

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