domingo, 28 de febrero de 2010

¿La muerte de las ciudades históricas? (Parte I)

© Vilma Santillán (texto y fotografía)

El “síndrome de Venecia”, también llamado “venecianización”, es un grave problema que sufren muchas ciudades históricas, algunas incluso Patrimonio de la Humanidad. Este síndrome está relacionado con su sustentabilidad como destino turístico, sobre todo por la gestión incorrecta de la capacidad de carga de su territorio, cuya consecuencia principal es la expulsión de sus propios habitantes del centro histórico urbano. Entre las ciudades españolas a punto de “padecer” este síndrome debido a la masificación turística se hallan Segovia, Ávila, Toledo y Barcelona. En esta última, el más afectado podría ser el céntrico distrito de Ciutat Vella y en Segovia, la preocupación se debe a la saturación de la capacidad de carga en determinados momentos del año. Finalmente, Ávila también corre riesgo de venecianización debido, sobre todo, al turismo de proximidad, al igual que la ciudad de Toledo, que recibe visitantes que gastan poco y realizan visitas muy breves.

Una grave consecuencia de la incorrecta gestión de la capacidad de carga de estos destinos turísticos urbanos es la “turismofobia”: el rechazo social al turismo en zonas donde se lo asocia a masificación de ciertas áreas, encarecimiento del costo de vida y de las propiedades, contaminación sonora y visual, problemas de limpieza y varios etcéteras más. Si bien por ahora sólo se observa en determinados destinos, es una tendencia social nueva que puede extenderse rápidamente a otros.


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sábado, 27 de febrero de 2010

Temporada de cruceros (Parte II)

© Vilma Santillán (texto)

En una nota anterior hablamos sobre la temporada de cruceros 2009/10 de la ciudad de Buenos Aires. Ahora, analizaremos la situación actual de la industria de cruceros en Latinoamérica.

La región se ubica en la retaguardia mundial en cuanto al desarrollo de la industria y del mercado de los cruceros. Esas son las conclusiones a que arriba un informe publicado a fines de 2009, el cual señala que “impuestos desmedidos, falta de compromiso de las autoridades, ausencia de procedimientos estandarizados y una legislación anticuada amenazan con matar a la gallina de los huevos de oro” que representa actualmente la actividad turística. Más allá de ser un transporte de lujo, que lleva consigo un importante contingente de turistas-consumidores, el barco-crucero debe reabastecerse en puerto para continuar viaje. Sin embargo, los puertos latinoamericanos no están bien preparados para recibir barcos de gran tamaño como algunos de los cruceros actuales. Así mismo, los procedimientos para recibir cruceros no están estandarizados y no se cumple con todas las normas internacionales al respecto.

Por el momento, Brasil es el país de la región con mejor desarrollo portuario para este tipo de navíos. En cuanto a la Argentina, el puerto de Buenos Aires es uno de los más caros del mundo para los cruceros y tiene limitaciones de canal para los barcos más grandes.


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viernes, 26 de febrero de 2010

Turismo espacial con Virgin Galactic


© Vilma Santillán (texto)

2009 ha sido un año con altibajos en el mundo de los negocios turísticos. Pero para la gente de Virgin Galactic ha resultado ser un año más de “altas” que de bajas. Es que en diciembre último la empresa ha presentado públicamente la nave Spaceship Two, SS2, con la que a partir de 2011 realizará viajes espaciales para todo aquel que pueda pagar 200.000 dólares por un billete de ida y vuelta. La nave tiene capacidad para seis pasajeros y dos pilotos, y se asemeja a un jet privado. Los lanzamientos se harán desde una nave nodriza denominada White Knight Two, WK2, la cual transportará a la SS2 hasta unos 16.000 metros de altura, desde la cual la nave espacial se desprenderá y continuará viaje propulsada por un cohete hasta unos 105 km de distancia de la Tierra. Allí la SS2 realizará un vuelo suborbital y luego reingresará a la atmósfera terrestre, aterrizando finalmente en la misma pista de despegue, la cual estará ubicada en Nueva México, EE. UU.


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lunes, 22 de febrero de 2010

Ópera e industrias culturales (Parte IV)


© Mauricio Rinaldi (texto)-Fotografía: escenografía barroca

A continuación presentamos la cuarta parte de “La ópera como antecedente de las industrias culturales”, ponencia del Lic. Mauricio Rinaldi presentada en el XVIII Congreso Internacional de Teatro Iberoamericano y Argentino organizado por el GETEA en Buenos Aires, en agosto de 2009, y en el I Congreso Internacional y III Congreso Nacional de Teatro organizado por el IUNA en octubre de 2009, también en la ciudad de Buenos Aires.


El espectáculo comienza cuando usted paga

Por lo general, se considera que la apertura de los museos al público general a partir de la revolución francesa en la década de 1780 marca el inicio de la democratización del arte. Sin embargo, hay un antecedente anterior: el empresario teatral. La figura de este actor social surgida a mediados del siglo XVII en Venecia es posible por la conjunción de 2 (dos) circunstancias. Por un lado, el desarrollo de la burguesía, grupo formado por pequeños (y no tanto) comerciantes que se encuentran en condiciones de destinar dinero sobrante (ganancias) a la compra de producciones “no vitales“. Por otra parte, la aristocracia ya no está en condiciones de sostener los altos costos de un teatro de corte, cuyo desarrollo ha llegado a proporciones desmesuradas para la actividad de palacio. De esta manera, los artistas (compositores, músicos, cantantes y escenógrafos) que antes estaban al servicio de un mecenas, deben ahora vender su trabajo a otra persona que a su vez lo revende obteniendo un beneficio económico: el empresario teatral. El arte escénico comienza así a mercantilizarse masivamente.

Si bien es verdad que ya a mediados del Renacimiento se observan indicios de un arte mercantilizado, es en el terreno del teatro, y especialmente en el de la ópera, donde se dan plenamente las características de una industria cultural.


La ópera como modelo de producción en serie

La ópera nace barroca. Si bien los textos de historia del arte y del teatro sitúan su origen durante el Renacimiento, entre 1580 y 1600, en rigor la primera composición de teatro cantado (o dramma in musica) considerada como la primera ópera corresponde a Jacopo Peri: su Dafne, estrenada en Roma en 1594. A estas alturas, el Renacimiento prácticamente ha concluido y comienzan a observarse nuevos conceptos tanto filosóficos como estéticos.

Aún cuando las historias del arte y del teatro sitúan su origen a fines del Renacimiento, desde el punto de vista conceptual la ópera es una construcción del Barroco. En efecto, el Barroco es un período durante el cual convive la fuerte voluntad por encontrar un orden de la realidad en el campo de la filosofía (racionalismo) junto a la libre exacerbación de los sentidos en el ámbito del arte (sensualismo). Pero, estas vías de contacto con el mundo, lo racional y lo sensual, no son opuestas (como generalmente se las considera), sino que son dos modos de expresión de un mismo sentir, de un mismo espíritu de época. Por un lado, el sensualismo tendrá su manifestación en un arte recargado, saturado de elementos que “ocupan” cuanto intersticio sea posible. Por otro lado, el cartesianismo no permite pasar de una proposición a otra sin establecer el correspondiente (y necesario) nexo lógico. El horror al vacío se filtra así en todos los órdenes de la vida: un arte recargado de elementos y una filosofía sin “agujeros” proposicionales. En este contexto surge la ópera, también como un arte recargado visualmente.

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jueves, 18 de febrero de 2010

IX Congreso de la Asociación Internacional de Semiótica Visual

© Vilma Santillán (texto y fotografía)

RETÓRICA DE LO VISIBLE. Estrategias de la imagen, entre la significación y la comunicación” es el título del IX Congreso de la Asociación Internacional de Semiótica Visual, AISV, que se realizará en Venecia, Italia, entre los días 13 y 16 de abril de 2010. Está organizado por el Laboratorio Internacional de Semiótica de Venecia, LISaV,
dependiente del Instituto Universitario de Arquitectura, Universidad de Venecia, Italia.

En esta oportunidad se “indagarán saberes, modalidades y técnicas con las que la imagen argumenta y solicita adhesiones a los significantes […] En la actualidad, las imágenes–en particular pinturas, diagramas, instalaciones, films, fotografías, esculturas, gráfica y packaging en el diseño–no son ya meros embellecimientos sino campos de maniobra, territorio de conductas estratégicas para provocar conflictos y complicidad entre los actantes”. Teniendo en cuenta esto, este Congreso se propone reflexionar sobre la retórica de lo visual y en lo visual. Se pueden presentar trabajos que aborden la temática tanto a nivel epistemológico como teórico y metodológico, adoptando, en todos los casos, una aproximación empírica. Las problemáticas a tratar podrán ser, entre otras: el papel de la retórica visual contemporánea; la transducción entre figuras retóricas verbales y figuras retóricas visuales; regímenes de enunciación de la mirada; retórica visual e innovaciones tecnológicas; mirada y formas de vigilancia y control; retórica de la imagen, creencia y conocimiento.

[+ info en: http://www2.iuav.it/lisav/pdf/iasv010_call_esp.pdf y en aisv10@gmail.com ]

lunes, 15 de febrero de 2010

Ópera e industrias culturales (Parte III)


© Mauricio Rinaldi (texto)-Fotografía: Teatro Farnese, Parma, Italia

A continuación presentamos la tercera parte de “La ópera como antecedente de las industrias culturales”, ponencia del Lic. Mauricio Rinaldi presentada en el XVIII Congreso Internacional de Teatro Iberoamericano y Argentino organizado por el GETEA en Buenos Aires, en agosto de 2009, y en el I Congreso Internacional y III Congreso Nacional de Teatro organizado por el IUNA en octubre de 2009, también en la ciudad de Buenos Aires.


Consumo y cultura

Todo consumo de la cultura implica una cultura del consumo. Debe definirse, por lo tanto, qué tipo de consumo se lleva a cabo en el ámbito de las producciones culturales. En este sentido, debe diferenciarse entre consumo material, en el cual el individuo apunta a la posesión de un objeto físico, concreto, y consumo simbólico, donde el individuo establece una comunicación con el sentido del objeto. Se observa así que el consumo establece un tipo de relación entre sujeto y objeto.

En el caso de la industria cultural debe distinguirse entre los diferentes tipos de objetos culturales que dicha industria produce. Se tendrá así el ámbito de los objetos materiales (por ejemplo, la producción de cuadros y esculturas), y el ámbito de los objetos abstractos (por ejemplo, las producciones de la música y del espectáculo). Sin embargo, es necesario aclarar que, desde el punto de vista del consumo, aún los objetos abstractos necesitan de una instancia material para poder acceder a ellos; en efecto, sólo se accede al objeto musical o al objeto escénico mediante su realización sobre un escenario; o, al menos se necesita de una instancia de reproducción como el CD o el DVD. La literatura, producto que puede considerarse como el paradigma de la producción cultural abstracta, es un claro ejemplo: el acceso a la obra sólo es posible a través de un texto materializado en un libro o en la pantalla de un computador.
En la relación sujeto-objeto dentro de la industria cultural se trata siempre de un consumo simbólico, aun cuando la relación deba establecerse con un objeto material. Aún en el consumo en general, la posesión de un objeto físico se tiene en gran estima debido a que se lo considera portador de valores sociales, como por ejemplo, el refinamiento, la pertenencia a un grupo determinado, etcétera. Son estos valores los que prometen algo que no necesariamente se cumple. Así, en rigor, todo consumo material tiene un contenido simbólico; se compra un objeto considerando la imagen que la posesión de dicho objeto brinda frente a los otros individuos de la sociedad.


Arte de masas y arte de elite

El arte ha sido siempre una actividad para sectores privilegiados de la sociedad, y aún sigue siéndolo. En efecto, si antes el arte estaba sólo disponible para algunos que podían poseer objetos o asistir a eventos pagando el costo económico que ello tenía, hoy el acceso al arte está restringido no exclusivamente por los costos económicos, sino por el capital cultural que se necesita para poder relacionarse con las producciones del arte.

Desde el Renacimiento, con el surgimiento de los mecenas, el arte produce objetos o situaciones a las que sólo acceden quienes pueden pagar por ello, aspecto que en la Modernidad se manifiesta en la figura del comerciante burgués que puede comprar obras de arte o asistir al teatro. La rigidez del sistema simbólico que gobierna la sociedad europea de los siglos XVII y XVIII permite a cualquier individuo de las clases altas interpretar sin problemas el sentido de la obra de arte. Es decir, el problema a resolver es el consumo material ya que el consumo simbólico está predefinido. Al crearse los museos con acceso permitido al público general sin importar su condición o clase social a fines del ottocento, paulatinamente la totalidad de la sociedad pudo acceder a objetos y eventos reservados antes a grupos minoritarios de la sociedad; se masificaba así el contacto entre arte e individuos. Sin embargo, pronto el arte mostraría una reacción por medio de la cual se alejaría de las masas: las vanguardias. Este nuevo contexto se caracterizó por la propuesta de diferentes lenguajes expresivos simultáneamente, los cuales cuestionaban los cánones de composición tradicionales (la Academia), obligando al público a recurrir a expertos que pudieran explicarle el contenido de las nuevas obras; nacía así el crítico de arte, encargado de traducir e interpretar para el público los novedosos universos simbólicos del arte. Así, la democratización del arte resolvió el problema del consumo material, pero, contrariamente, produjo el problema del consumo simbólico. Se ha pasado de una elite económica a una elite intelectual.

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lunes, 8 de febrero de 2010

Ópera e industrias culturales (Parte II)


© Mauricio Rinaldi (texto)-Grabado de una escenografía barroca

A continuación presentamos la segunda parte de “La ópera como antecedente de las industrias culturales”, ponencia del Lic. Mauricio Rinaldi presentada en el XVIII Congreso Internacional de Teatro Iberoamericano y Argentino organizado por el GETEA en Buenos Aires, en agosto de 2009, y en el I Congreso Internacional y III Congreso Nacional de Teatro organizado por el IUNA en octubre de 2009, también en la ciudad de Buenos Aires.


La industrial cultural

Respecto de la industria, debe recordarse que su posibilidad está dada por las técnicas reproductivas, es decir, por las estrategias de producción en serie que permiten obtener innumerables objetos de idénticas características a bajo costo económico. La técnica, al ser reproductiva, es predictiva. En efecto, que algo se puede reproducir significa que se conoce el resultado de lo producido antes de iniciar el proceso de producción. Puede así darse una definición del término “técnica”: la técnica es el conjunto de procedimientos normalizados que permiten la manipulación, el tratamiento y control de un material para obtener un resultado previsto. En la manipulación que la industria hace de las obras de arte Adorno observa la estandarización de las producciones culturales y el surgimiento de eventos destinados a “llenar” el tiempo libre de los individuos de una sociedad en la sociedad de masas.
Esto lleva a considerar un análisis de la industria. En este sentido, la industria es la actividad que produce los bienes necesarios para la vida de un determinado grupo humano (cabe un posterior análisis detallado de lo que puede considerarse como “bienes necesarios“). A través de la historia la industria ha evolucionado, lo cual puede mostrarse en un esquema simplificado como sigue: 1.Selección de especies animales, operada durante la Antigüedad y cuyo resultado es la agricultura y la ganadería; 2.Artesanía, también iniciada en la Antigüedad, pero desarrollada en la Edad Media a partir de la formación de los gremios, lo cual resulta en una industria incipiente. Se observa ya la división del trabajo. El artesano provee el capital y el trabajo; 3.Inicios del siglo XVIII, durante el cual se observa una artesanía desarrollada; 4.Revolución industrial, en la segunda mitad del siglo XVIII, en Inglaterra, oportunidad en la que James Watt inventa la máquina de vapor; 5.Siglo XIX, donde se da el desarrollo de la metalurgia.

Este desarrollo histórico permite definir un conjunto de características que identifican la actividad industrial en general a partid del siglo XX: 1.El crecimiento desmesurado de las plantas industriales; 2.La especialización del campo de actividades; 3.La estandarización de los productos; 4.Extrema división del trabajo. En este contexto, el concepto de montaje y el control de los tiempos de producción son factores fundamentales del proceso industrial.

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viernes, 5 de febrero de 2010

II Encuentro de OLA (Parte II)


© Vilma Santillán (texto y fotografía)

Como comentáramos en una entrada anterior, el Teatro Argentino de La Plata fue sede del II Encuentro de Ópera Latino América (OLA) en noviembre del año pasado. Entre los días 5 y 7 de ese mes, delegados de teatros líricos de varios países iberoamericanos así como representantes de festivales líricos y asociaciones musicales independientes discutieron y analizaron temáticas y problemáticas propias del sector.

La gestión actual de los teatros líricos se debatió entre los directivos de las casas de ópera miembros de OLA. De este debate participó Gérard Mortier, actualmente director artístico del Teatro Real de Madrid. La discusión se centró en la integración de los teatros líricos a sus comunidades de origen, la necesidad de formar nuevos públicos, la búsqueda de fuentes de financiación alternativas a las estatales y las formas más adecuadas de organización.

Por otra parte, la creación y producción de ópera en el siglo XXI, tema altamente relacionado con el anterior, generó un debate en torno de la necesidad de promover nuevos intérpretes y compositores, así como de contar con espacios escénicos no convencionales, tecnología multimedial y la interrelación en la formación de profesionales con institutos, conservatorios y universidades.

Un debate sobre la función social de los teatros líricos en los países latinoamericanos sirvió para comprender el significado cultural, social y económico de la existencia de éstos en la región y del arte como instrumento de integración social. Así mismo, la relación de los teatros líricos con los medios de comunicación fue analizada en otro encuentro, en el que se abordaron cuestiones relacionadas con la lírica y la comunicación de masas, la crítica como instrumento formador de público y el imaginario social que inhibe el acceso al are lírico.

Al final del encuentro se eligió a la ciudad de Montevideo, Uruguay, como sede de la próxima reunión de OLA a realizarse en noviembre de este año y se decidió que Andrés Rodríguez, del Teatro Municipal de Santiago de Chile, continuara como presidente de la asociación.


[+ info en: Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, http://www.ic.gba.gov.ar/ ]

lunes, 1 de febrero de 2010

Ópera e industrias culturales (Parte I)


© Mauricio Rinaldi (texto)-Foto: Arena de Verona

A continuación presentamos la primera parte de “La ópera como antecedente de las industrias culturales”, ponencia del Lic. Mauricio Rinaldi presentada en el XVIII Congreso Internacional de Teatro Iberoamericano y Argentino organizado por el GETEA en Buenos Aires, en agosto de 2009, y en el I Congreso Internacional y III Congreso Nacional de Teatro organizado por el IUNA en octubre de 2009, también en la ciudad de Buenos Aires.


Introducción

Las industrias culturales son un fenómeno propio del siglo XX respecto del cual han dado cuenta Theodor Adorno y Max Horkheimer en su Dialéctica de la Ilustración. En esta obra sus autores proponen la idea de industria cultural para denunciar una situación social. En este sentido, la expresión “industrial cultural” oculta una contradicción, dado que la industria y la cultura se oponen, por lo cual debe definirse cada una de ellas a fin de establecer luego sus relaciones.
Por una parte, la industria es una actividad basada en estrategias de estandarización, de normas homogeneizantes, en la cual cada individuo debe ajustarse al sistema de producción serial, perdiendo su propia identidad. En la industria el individuo pierde su capacidad de actuar libremente ya que su comportamiento debe coincidir con aquello prescripto por la normalización. Así, en la industria opera la heteronomía. Por otra parte, la cultura es el conjunto de valores que rige el acontecer social a través de un plexo simbólico, permitiendo a los individuos identificarse con su grupo social, pero también considerarse a sí mismos y a sus semejantes como sujetos únicos. En la cultura los individuos pueden expresarse libremente y desarrollar sus capacidades que lo tornan un ser único. De esta manera, en la cultura se desarrolla la autonomía. Es decir, si la industria identifica compulsivamente a los sujetos sociales entre sí, la cultura establece entre los sujetos una tensión entre identificación e individualización. O, mejor aún, en la cultural el término “identidad” indica una tensión entre la igualación y la diferenciación entre sujetos.
Por otra parte, los intercambios culturales entre los miembros de una sociedad se verifican a través de sus producciones, las cuales adquieren proporciones de masa desde mediados del siglo XIX. Por ello, y desde el punto de vista histórico, cabe preguntar por el origen de las industrias culturales. En este sentido, se considerará la ópera como tipo de producción normalizada e industrializada, y se intentará demostrar que constituye el primer arte, junto con la aparición de la imprenta, que en la Modernidad propone el modelo de producción cultural normalizada, siendo este género teatral el antecedente de las actuales industrias culturales. El estudio se orientará hacia el desarrollo de técnicas y tecnologías, algunas propias del arte, como la representación en perspectiva, y otras de uso en otras actividades, como las técnicas de navegación. Desde el punto de vista de la relación producción-recepción, se hará también referencia al surgimiento del empresario teatral (figura que aparece primeramente en la ópera) y al acceso del público masivo (fuera de la corte).

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