viernes, 23 de octubre de 2009

A 40 años de la muerte de Theodor Adorno

© Mauricio Rinaldi

Recordamos este año la muerte del filósofo alemán Theodor Wiesengrund Adorno, quien naciera en 1903 y falleciera en 1969 a los 66 años. Siendo él uno de los principales miembros de la Escuela de Frankfurt, creo interesante recordar brevemente esta corriente del pensamiento contemporáneo.


Antecedentes históricos

Dada la situación social que imperaba en Alemania en la década de 1920, un grupo de filósofos y sociólogos se reunió con el fin de impulsar un proyecto: el Instituto de Investigación Social de Frankfurt (Institut für Sozialforschung). Uno de sus directores más importantes, Max Horkheimer, fue quien le dio unidad a los diversos puntos de vista que aportaron los integrantes de este proyecto, entre quienes se encontraban filósofos, psicólogos, sociólogos y economistas. Por otra parte, los fundadores del Instituto pensaron el proyecto como independiente, tanto intelectual como financieramente. Cabe destacar que el Instituto de Investigación Social fue fundado por Felix Weil, quien nació en Buenos Aires en 1898 y fue enviado a los nueve años a Frankfurt. Su padre había abandonado Alemania en 1890 rumbo a Argentina, donde había logrado una gran fortuna comerciando granos con Europa.

Dada la herencia marxista que adoptaron los integrantes de este movimiento el Instituto fue considerado “marxista” en sentido ortodoxo ya desde su comienzo; sin embargo, el Instituto era independiente de cualquier afiliación partidista; así lo expresaron sus fundadores al elegir el nombre del Instituto. Su interés se orientaba hacia la investigación histórica y empírica sobre el movimiento obrero y las condiciones económicas. Además, el Instituto era identificado con la Teoría Crítica, la cual consistía en un método de análisis inspirado en Freud y Marx desarrollado durante el período en el cual Max Horkheimer fuera director desde 1931. En este sentido, la Teoría Crítica (Kritische Theorie) consideraba al marxismo como un método (no como una cosmología). Por ello, la Teoría Crítica tenía como punto de partida fundamental la aversión a los sistemas filosóficos cerrados, lo cual tendrá fuerte influencia en Adorno. De esta manera, el método de Marx aplicado al presente y su crítica era utilizado para analizar tanto fenómenos psicológicos contemporáneos de la sociedad burguesa (como, por ejemplo, la “industria cultural”), como las pautas de dominación autoritaria dentro de dicha sociedad (como, por ejemplo, la pretendida actitud “revolucionaria” de la Rusia soviética y de la Europa oriental).


Vida de Adorno

Tempranamente, Adorno se interesó por Kant estudiando con Sigfried Kracauer. Igualmente, poco después de la Primera Guerra Mundial, leyó al joven Lukács y a Ernst Bloch. A mediados de la década de 1920 vivió en Viena, donde estudió composición musical con Alban Berg y asistió a las conferencias de Karl Kraus. Finalmente, a mediados de la década de 1930 decidió seguir el camino de la filosofía y de la crítica social y cultural, aunque jamás dejó de componer música y de ejecutar piano. Cuando Hitler llegó al poder en Alemania en 1933, los académicos liberales y socialistas se vieron en una difícil situación por la cual debieron resignarse o tomar el camino del exilio. En este contexto, Adorno se dirigió a Inglaterra (a diferencia de la mayoría de los integrantes prominentes del Instituto de Investigaciones Sociales, que optaron por ir a EE.UU., en América). Pero Adorno no encontró un buen terreno académico en Inglaterra, aunque finalizó allí su doctorado. En 1937 es invitado para dirigir un programa de investigación social en América. Luego de la Segunda Guerra Mundial, Adorno y Horkheimer regresaron a la entonces recientemente formada República Federal de Alemania. En este período el Instituto de Investigación Social volvió a estar en contacto con la Universidad de Frankfurt y Adorno se desempeñó como director del Instituto y como profesor en la Universidad de Frankfurt am Main, y su interés se alejó gradualmente de los estudios empíricos sobre sociología orientándose cada vez más hacia el desarrollo de los fundamentos teóricos de su propio pensamiento. Los cursos dictados en esta época le permitieron plantear su posición filosófica mediante una relectura de la tradición de la filosofía alemana.


El pensamiento de Adorno

Adorno fue un filósofo que desarrolló una gran producción, dedicándose tanto a cuestiones filosóficas como socioculturales. Así lo demuestran dos de sus más importantes obras: la Dialéctica negativa (publicada en 1966, donde vemos un esfuerzo por mostrar un pensamiento materialista, el cual podría evitar el dogmatismo naturalista o sociológico, y la Teoría estética (publicada póstumamente en 1970, en cierto sentido, contraparte de la Dialéctica Negativa, donde considera que el arte y la experiencia estética tienen un contenido cognitivo). Especialmente interesantes resultan sus análisis sobre diversos aspectos de la cultura, los cuales son a unas veces de carácter general y otras sobre un aspecto específico como son sus escritos sobre la música. Dada su constante denuncia sobre el funcionamiento injusto de la sociedad, Adorno es considerado generalmente como un pensador pesimista y algunos de sus puntos de vista de vista se consideran hoy superados; sin embargo, creo que puede leerse entre sus líneas un permanente anhelo de mejora social mediante el rechazo de los dogmas. En este sentido, Adorno fue siempre un partidario del arte moderno, ya que éste es el modo en el que se manifiesta la actualidad social; y, dado que el arte es crítica de la sociedad, nos permite ver el grado de progreso social que ha alcanzado la humanidad en un determinado período de la historia.

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