© Vilma Santillán (texto)-Henri Rousseau: La encantadora de serpientes (óleo sobre tela, 1907, Museo de Orsay, París)Henri Julien Félix Rousseau vivió entre 1844 y 1910. Pintor francés del post-impresionismo de fines del siglo XIX es, sin embargo, difícil de encuadrar en algún movimiento en particular. Hoy está considerado uno de los principales exponentes del estilo naif. Miembro asiduo del Salón de los Rechazados (sólo dejó de enviar obra en 1899 y 1900), su obra causó gracias entre el público y la crítica, pero llamó la atención de artistas ya consagrados, como los pintores Degas y Pissarro, y el dramaturgo Alfred Jarry, quien lo introdujo en los ámbitos intelectuales de la época. Autodidacta desde 1885, no siguió escuela alguna ni tampoco formó una. Su obra se caracteriza por escenas ingenuas o alegóricas, y por paisajes donde destaca una naturaleza imaginaria y siempre verde, floreciente, exuberante, casi devoradora del ser humano. Este año la Fondation Beyeler de Basilea, Suiza, lo homenajeó con una exposición que reunió más de 40 obras del artista entre retratos, paisajes y alegorías.
Nacido en Laval el 21 de mayo de 1844, hijo de una familia pobre y numerosa, debió emplearse muy joven en un estudio de abogados en Angers para colaborar con la economía familiar. Sin embargo, ese primer empleo fue de muy corta duración: por un robo de un monto insignificante, se enlistó en el ejército para evitar ir a un correccional. Muerto su padre en 1868, se trasladó a París, donde trabajó en un juzgado, y se casó con Clémence Boitard, con la cual tuvo siete hijos, de los cuales sólo una mujer llegó a la edad adulta. Jubilado en 1893 como funcionario público de baja categoría (inspector de aduana, de allí su sobrenombre: “El Aduanero”), se dedicó de lleno a la pintura a partir de entonces. Falleció el 2 de septiembre de 1910 en París.
[+ info en: http://es.wikipedia.org/wiki/Henri_Rousseau y en Il museo d’ Orsay, Beaux Arts Magazine, Italia, 1996. ISBN: 2842781910.]
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