lunes, 9 de agosto de 2010

Exposición fotográfica de Brassaï en Buenos Aires (Parte I)


© Vilma Santillán (texto)

En el marco del Festival de la Luz 2010 se inauguró el pasado 3 de agosto en el Museo Nacional de Bellas Artes una interesantísima muestra fotográfica retrospectiva de Gyula Halász, más conocido en el mundo de la fotografía como Brassaï. Se trata de un conjunto de 126 fotografías en blanco y negro distribuidas en cinco grupos temáticos: París de noche, París secreto, Surrealismo, Picasso y Graffitis. Todas son obras pertenecientes a los descendientes del artista y que están curadas por Agnès de Gouvion de Saint-Cyr. Un cuidado catálogo ha sido editado para esta ocasión. La muestra puede visitarse hasta el 26 de septiembre próximo.

A continuación, transcribimos el texto que para la presentación de la muestra escribió su curadora:

BRASSAÏ, UN HOMBRE CON TODOS LOS TALENTOS

Nacido un 9 de septiembre de 1899 en Brasso, vasta aldea de Transilvania, entonces bajo dominación austro-húngara, Brassaï, venido al mundo como Gyula Halász, siempre soñó con ser artista.

Tras una breve estadía en la escuela de Bellas Artes de Budapest, se dirige a Berlín en 1920 para proseguir sus estudios artísticos; allí hará una sólida amistad con Kandinsky y Kokoschka pero también con Bartok, ya que ninguna forma de expresión artística lo deja indiferente.

De esta época data una impresionante colección de dibujos en la que se puede encontrar la influencia de las vanguardias.

Vive entonces de lo que encuentra —artículos para diarios, venta de sus grabados en zinc— pero gracias a la crisis económica se decide a partir a París, ciudad con la que sueña desde la infancia, luego de una permanencia de un año que hizo con sus padres.

En 1924 encuentra allí a su amigo el pintor Tihanyi, que lo introduce en ese mundo de artistas, intelectuales, aventureros y mujeres galantes que hacen las delicias de Montparnasse, donde coinciden las diásporas húngara y norteamericana, en particular.

Si bien prosigue sus actividades de periodista y de pintor, en 1929 se percata de que la fotografía le permitirá ilustrar sus artículos; sin embargo, no se contenta con esa sola función ilustrativa de la fotografía y comprende que este medio le permite obtener emociones estéticas singulares que no puede expresar mediante la pintura.

Debuta entonces un decenio que será el más fértil de su carrera. Con Henry Miller, Jacques Prévert o Cendrars, aves nocturnas como él, deambula de Montparnasse a Montmartre, haciendo visibles a los humildes —prostitutas o trabajadores de la noche—, transformando el rigor clásico de la arquitectura parisina en escenas insólitas y fijando la extraña belleza de las siluetas y de las nieblas sobre el Sena.

La obra París de noche aparece en 1932, resulta un inmenso éxito y pone a Brassaï en contacto con las revistas de arte más famosas mientras que los surrealistas, sobre todo Breton y Dalí, lo invitan a colaborar en cada una de las apariciones de Minotaure, mientras que Verve o Labyrinthe también buscan su talento.

No obstante, el encuentro más importante en esa época se lo debe a Tériade, que lo pone en contacto con Picasso. Este último lo quiere para fotografiar su obra esculpida, hasta entonces no publicada, que aparecerá con el título “Esculturas de Picasso”. El entendimiento entre los dos artistas es inmediato y profundo, y esa amistad, que durará cuarenta años, será relatada por Brassaï en Conversaciones con Picasso, obra que inmediatamente se convirtió en un éxito internacional.

Se encuentran huellas de la influencia surrealista en cantidad de fotografías, realizadas o no para Minotaure, pero también para importantes obras como El amor loco de Breton.

Ese gusto por lo extraño y el arte primitivo se manifiesta además en su increíble trabajo sobre los graffitis, localizados, observados, dibujados y luego fotografiados, que serán reunidos en la obra epónima Graffiti; en esta ocasión, Brassaï escribe cuantiosos textos sobre el lugar que ocupan en el mundo del arte, justificando así la idea de que la pared sigue siendo “el mayor museo del mundo”.

No obstante, Brassaï no se contenta con ser un artista prolífico y, para vivir, trabaja con revistas internacionales entre las cuales se encuentra Harper’s Bazaar, con la que colabora a lo largo de treinta años, gracias a la amistad indefectible de Carmel Snow, y esto sin realizar la menor fotografía de moda.

Dibujante, pintor, autor de diseños de tapicería, periodista, escritor, será también realizador con su film Tant qu’il y aura des bêtes, que recibió un premio especial en el Festival de Cannes.

De este modo Brassaï, presa de dudas continuas sobre sus aptitudes artísticas, demostró con energía que fue un hombre con todos los talentos.



[+ info en: http://www.fotorevista.com.ar/ ]

2 comentarios:

Mel dijo...

Que bonito!
Me encantaría poder ver en persona algo así... ya que estoy pleando visitar la ciudad.. alguna recomendación de hoteles baratos en Buenos Aires?
se los agradeceria
muy lindo
saludos!

Vilma Santillán dijo...

Mel
Gracias por participar en mi blog. Me alegra que te haya gustado la muestra comentada. Comunicate conmigo para el tema hotelería al e-mail que figura en el blog.
Saludos.
Vilma