© Vilma Santillán (texto y fotografía)El verano boreal europeo 2009 no se presenta tan luminoso como debería. Varios factores han confluido para opacarlo. En primer lugar, los potenciales viajeros retrasan, cada vez más, su decisión de viajar, a la espera de las ofertas de última hora. En España, por ejemplo, a fines de junio de 2008 ya se había vendido el 38% de la oferta de paquetes turísticos, mientras que este año sólo el 25%. Por otra parte, la venta de pasajes aéreos de empresas de bajo costo o ‘low cost’ ha aumentado cerca del 10% en relación a 2008. En segundo lugar, el mercado emisor ruso también está sufriendo la crisis económica actual, por lo cual las reservas de viajeros rusos han disminuido un 50% respecto de las del año pasado. En tercer lugar, el presupuesto medio 2009 destinado a las vacaciones, comparado con el de 2008, muestra una disminución en países como Austria, Gran Bretaña, Francia, Italia y España, que oscila entre un 4% en el caso de Austria hasta un 14% en el de Gran Bretaña.
Como se ve, las pautas de consumo de los viajeros han cambiado a la par del panorama económico mundial. Los factores precio, última hora y flexibilidad pesan cada vez más en la toma de decisiones a la hora de planificar las vacaciones. Veremos qué ocurre por estas tierras del cono sur en el verano austral de 2010.
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