domingo, 12 de diciembre de 2010

1840: un año glorioso para el arte


© Vilma Santillán (texto)
No sé si fue Dios, el destino o los astros quienes decidieron que 1840 fuera un año glorioso para el arte de Occidente. Es que ese año nacieron Auguste Rodin, Claude Monet y Piotr I. Tchaicovsky.

El francés Auguste Rodin (1840-1917) fue a la escultura de fines del siglo XIX lo que los impresionistas fueron para la plástica: un inconformista, un revolucionario y un innovador. Estudioso de la escultura clásica y de la obra de Miguel Ángel, “supo ser nuevo sin provocar un conflicto fundamental entre él y el arte tradicional”. Se convirtió rápidamente en un artista reconocido y gozó de fama entre el público de su época. Sin embargo, sus obras no escaparon a las discusiones de los críticos, que muchas veces las incluyeron entre las de los impresionistas, dada la falta de acabado de sus superficies y los volúmenes de piedra sin trabajar que dejaba alrededor del motivo central.

La Puerta del Infierno


¿Qué se puede decir de Claude Monet (1840-1926)? Creo que hasta la persona menos informada y menos viajada conoce alguna de sus maravillosas pinturas: desde Impresión, sol naciente, que dio nombre a la escuela impresionista, pasando por la bellísima y monumental Mujeres en el jardín, las varias versiones, según las cuatro estaciones del año, de La catedral de Rouen hasta sus archiconocidas Ninfeas. Considerado el pintor más representativo del Impresionismo, en 1883 se instaló en la localidad de Giverny, en las afueras de París, y allí creó un jardín de ensueño, el cual fue el gran protagonista de los cuadros de sus últimos años.


Mujer con sombrilla girada hacia la izquierda (1886, óleo sobre tela, 131x88, Museo de Orsay, París, Francia)



 
Piotr I. Tchaicovsky(1840-1893), compositor romántico ruso egresado del Conservatorio de San Petersburgo, es el autor de la música de los ballets El lago de los cisnes, La bella durmiente y Cascanueces, así como de un ciclo de seis Sinfonías, tres conciertos para piano y uno para violín, música de cámara y varias óperas, siendo las más representadas Eugenio Oneguin y La dame de pique.



La Bella Durmiente

 
[+ info en: Rowley, Gill (ed.): El libro de la música, Instituto Parramón Ediciones, Barcelona, 1980, ISBN: 84-342-0150-X y en Gombrich, Ernst: La historia del arte, Sudamericana, Buenos Aires, 1999, ISBN: 950-07-1569-4.]

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