miércoles, 30 de septiembre de 2009

Recordando a Frédéric Chopin a 160 años de la muerte

© Vilma Santillán (texto y fotografía)

Otro aniversario musical se celebra este año: los 160 años del fallecimiento del músico polaco Frédéric Chopin (1810-1849).

Chopin es reconocido como uno de los más destacados músicos del Romanticismo de comienzos del siglo XIX junto con Schubert, Schumann, Liszt y Mendelssohn-Bartholdy (a este último ya lo hemos recordado en este blog por cumplirse este año el bicentenario de su nacimiento). Recordemos que el Romanticismo surgió como “consecuencia de las transformaciones que se producían en el pensamiento y en la política europeos a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, con participación activa de artistas e intelectuales […] La conciencia creativa del artista romántico se inspiró en muchas fuerzas externas, como la búsqueda de la libertad nacional y personal, el retorno a la naturaleza, la poesía, el primitivismo, los pueblos oprimidos y sus destinos”.

Si bien Chopin pasó la mayor parte de su vida adulta fuera de Polonia, la cual tuvo que abandonar por razones políticas, su música estuvo fuertemente inspirada en formas bailables características de su país: la mazurca y la polonesa. Virtuoso del piano, compuso para este instrumento numerosas obras que revelan una amplia gama de invenciones melódicas, armónicas y rítmicas: estudios, preludios (su ciclo de 24 Preludios fue admirado por Schumann), baladas, impromptus, polonesas, nocturnos y conciertos.

Para quien tenga oportunidad de pasear por París o por Varsovia, algunos lugares relacionados con Chopin son de visita obligada. En París falleció en el número 12 de la Place Vendome y su cuerpo reposa en el cementerio de Père-Lachaise (foto), mientras que en Varsovia, en la iglesia de la Santa Cruz y según su expreso deseo, está su corazón en una urna ubicada en un pilar lateral de la nave central. A metros de esta iglesia está el Palacio Czapski, donde se puede visitar el Salón de la familia Chopin, la cual vivió allí en 1826. Un poco más lejos, el Palacio Ostrogski, sede de la Sociedad Internacional Frédéric Chopin, donde se exhiben recuerdos personales del compositor y el piano que utilizó durante sus dos últimos años de vida.


[+ info en: Rowley, Gill (ed.): El libro de la música, Instituto Parramón Ediciones, Barcelona, 1980, ISBN: 84-342-0150-X y Guías Visuales Peugeot: Varsovia, El País-Aguilar, 1998, ISBN: 84-03-59455-0 ]

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