© Vilma Santillán (texto)Como todos los años y desde la creación del Mundo, al invierno lo sucede la primavera y a ésta la sucederá el verano.
Hace varios días que por el centro de la ciudad de Buenos Aires se escucha el canto de las golondrinas, golondrinas que llegaron a la ciudad tempranamente, a finales de agosto, cuando pude divisar desde la ventana de mi dormitorio a la primera-para mí-de la nueva temporada.
También las plantas acusan signos del cambio de estación. En los balcones se ven prímulas florecidas y las azaleas están abriendo sus botones florales. Ambas conviven con las invernales violetas de los Alpes, que siguen floreciendo pese al aumento de las temperaturas en los últimos días.
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