© Vilma Santillán (texto)
Como ya he comentado otras veces, el otoño en la ciudad en Buenos Aires se caracteriza por un intenso programa de muestras y exposiciones de arte, muchas de ellas dedicadas a la fotografía. Así, este año tuve la fortuna de conocer la obra de la fotógrafa francesa Dominique Roger (París, Francia, 1932), expuesta en el Centro Cultural Recoleta con el título Du concret à l’ imaginaire.
Si bien la artista es conocida mundialmente por los reportajes fotográficos que realizó durante 30 años para la UNESCO (de los cuales se expusieron en Buenos Aires algunos retratos en blanco y negro), destaco y rescato de la obra expuesta sus trabajos en color de los últimos 30 años. Arrugas venecianas, De una Francia a la otra, Campos libres, Huellas marinas, Texturas o Fragmentos indecibles seducen no sólo por su excelente factura técnica sino por ser el resultado de una mirada curiosa sobre temas totalmente ordinarios e, incluso, banales.
En Huellas marinas (serie de 2007) destacan las abstracciones realizadas a partir de elementos marinos (sogas, barcazas, anclas), con una intensa dominante roja y una textura cuasi impresionista, mientras que en Campos libres (1982) la abstracción geométrica se adueña del paisaje y los colores saturados junto con las líneas son sus protagonistas. Candados, puertas antiguas, maderas avejentadas fueron retratados para la serie Texturas, de 1977, mientras que la ciudad de Venecia es la protagonista de Fragmentos indecibles: “En Venecia, el arte está dondequiera que no se lo espere, incluso al margen y hasta en los estragos del tiempo”.
Como bien señala Dominique Roger en el texto de presentación de Texturas: “Dejar hablar a las imágenes concretas que el ojo enriquece con un suplemento de alma…trascender lo imaginario, aquello que no es más que un fragmento de materia y nada más”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario