martes, 4 de agosto de 2015

Niccolò Paganini: más que un virtuoso del violín (Parte II)


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Niccolò Paganini


© Vilma Santillán (texto)

 

Como dijimos en la entrega anterior, Niccolò Paganini es bien conocido como el gran virtuoso del violín del siglo XIX (incluso hay quien afirma que lo fue de toda la historia de la música). Pero su vida, tanto en lo personal como en lo musical, abarca mucho más que esto.

 

Según la información disponible sobre episodios de enfermedad registrados a lo largo de su vida, hoy se acepta en círculos médicos (y musicales) mundiales que parte de su genialidad y virtuosismo innato se debían a una conformación biológica especial relacionada con la enfermedad de Marfan y no como se lo llegó a vincular en vida del artista con un pacto con el diablo (“el vampiro del violín” como lo llamó su contemporáneo el poeta alemán Heinrich Heine en 1830) o con el uso de cuerdas fabricadas con tripa de gato (por los sonidos tan agudos que llegaba a alcanzar su instrumento).

 

La apariencia de Paganini era inusual: muy alto, delgado, demacrado, pálido, con signos de envejecimiento prematuro, un rostro cadavérico, cabellera larga y negra con marcadas entradas en la frente, labios y nariz delgados,  orejas muy grandes y cuello alargado y arrugado. Era sorprendente la capacidad de sus manos, si bien de tamaño normal, de extenderse al doble debido a la elasticidad inusual de sus ligamentos capsulares de las muñecas y de las falanges (¡sus manos abiertas medían 45cm cada una!).

 

Si bien no puede hacerse un diagnóstico certero retrospectivo de la patología o patologías sufridas por Paganini en base a los síntomas y descripciones realizadas en su época, lo más probable es que hubiera padecido alguna de las formas de la Enfermedad de Marfan, junto con una intoxicación crónica por mercurio debido a un uso exagerado de esta sustancia como componente de ciertos medicamentos que consumía desde 1820 debido, según algunos contemporáneos suyos, a sífilis contraída en su juventud, lo cual creó en él una adicción al mercurio.

 

En cuanto a la Enfermedad o Síndrome de Marfan, se trata de un trastorno del tejido conectivo producido por un defecto en el gen que codifica la estructura de la fibrilina. Es, por ende, una enfermedad de carácter hereditario que afecta tanto al esqueleto como al corazón, pulmones, ojos y vasos sanguíneos. Una de sus características principales es la inusual longitud de los miembros, así como la aracnodactilia o “dedos de araña”, la delgadez ósea de los miembros, compromiso cardiovascular, lesiones oculares, escoliosis, pie plano, cara estrecha y delgada, e hipermotilidad articular.  

 

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