lunes, 30 de marzo de 2015

E. T. A. Hoffmann: músico y literato (Parte III)


E.T.A. Hoffmann, escritor



 

Conocidas ya la trayectoria y la agitada vida de E. T. A. Hoffmann podemos profundizar ahora en su obra literaria y en la influencia que ejerció sobre otros artistas.

 

Para comenzar, debemos decir que la valoración de la obra literaria de E. T. A. Hoffmann ha sido irregular a lo largo del tiempo. Compatriotas y contemporáneos de él, como Hegel y Goethe, sólo lo vieron como “autor de relatos de terror, sin ninguna calidad artística”, como menciona Berta Vías Mahou en el ensayo introductorio a la edición de sus Cuentos completos. Tampoco para el británico Walter Scott la obra de Hoffmann merecía un juicio favorable.

 

Sin embargo, otros escritores lo admiraron y su obra influyó en ellos. Fue el caso de H. Heine, M. Wieland, Th. Storm o F. Hebbel. Así mismo, Gérard de Nerval consideraba a Alemania como “el país de Goethe, Schiller y Hoffmann” comenta B. Vías Mahou. Posteriormente, su obra fue valorizada en Alemania por autores como Franz Kafka e incluso pueden encontrarse influencias de sus obras en el Doktor Faustus de Thomas Mann, en escritos de Rainer M. Rilke y en la literatura fantástica del checo Leo Perutz.

 

En países de habla inglesa influyó negativamente la visión crítica de W. Scott sobre la obra de Hoffmann, no obstante lo cual algunas obras de Charles Dickens, Edgar Allan Poe y Henry James evidencian influencias de la literatura hoffmanniana.  Por otra parte, la obra de Hoffmann ha sido muy exitosa en Francia y en Rusia, influyendo en autores como Balzac, Gautier, Víctor Hugo, André Breton (Hoffmann ha sido considerado precursor de los surrealistas), Puschkin, Gogol y Dostoievski. Ya en el siglo XX, directores de cine como Ingmar Bergman, Andrej Tarkosvki e incluso el portugués Manoel de Oliveira han sentido en su obra la influencia de Hoffmann.

 

En el campo musical tanto Richard Wagner como Jacques Offembach (para su ópera “Los cuentos de Hoffmann”), Leo Delibes (para su ballet “Coppélia”) y el ya mencionado Tchaikovski en nuestra primera entrega para su ballet “El Cascanueces” han buscado inspiración para componer sus obras en aquéllas del escritor alemán. Vincenzo Bellini se inspiró para escribir su ópera Marino Faliero en el relato de Hoffmann “El Dux y la dogaresa” y dos grandes músicos del siglo XIX se inspiraron en personajes creados por Hoffmann (el kapellmeister “Johannes Kreisler” y el “Signor Formica”) para crear ellos, a su vez, sendas obras inmortales: Robert Schumann su obra para piano Kreisleriana y Gaetano Donizetti su ópera bufa Don Pasquale.

 

La obra literaria de Hoffmann puede encuadrarse dentro del Romanticismo alemán y muy especialmente en el género de la literatura fantástica. El mundo fantasmal y el mundo real se interrelacionan y hasta llegan a fusionarse en sus cuentos. Lo fantástico, lo inquietante y lo diabólico constituyen el sello de su producción literaria, la cual siempre destaca el lado oscuro de todas las cosas. Entre los motivos más frecuentes de la obra hoffmanniana figuran la telepatía, la locura y el desdoblamiento de la conciencia (el tema del doppelgänger o ‘doble personal’).

 

Por último, es importante destacar cómo influyó la música en la literatura de Hoffmann: muchos de los personajes de sus cuentos o novelas son músicos, como el maestro de capilla Kreisler, y la composición y el ritmo de la acción fueron comparados por el autor, en muchos casos, con diversos movimientos y caracteres musicales.

sábado, 14 de marzo de 2015

Viajes, tecnología e hiperconectividad




© Vilma Santillán (texto)

 

Antes se decía: el mundo es un pañuelo y desde hace unos años se viene escuchando: el mundo es una aldea. Es que, gracias a las nuevas tecnologías digitales, las distancias parecen haberse “acortado” y el viajar resulta cada día más fácil.

Empresas del sector turístico como Carlson Wagonlit Travel, Contagious, Amadeus y GSMA han estudiado cómo la presencia constante de la tecnología y la hiperconectividad van a cambiar en poco tiempo todo el proceso de viaje, antes, durante y después de éste. Interacción digital con el cliente, ofertas y servicios personalizados así como asesoramiento personalizado serán moneda corriente en menos de una década.

Si bien mucho de esto se ofrece actualmente en el mercado turístico, una conexión permanente con el agente de viajes a través de dispositivos móviles facilitará, por ejemplo, la resolución de contratiempos surgidos antes o durante el viaje en tiempo real. Así mismo, la comercialización de los distintos servicios turísticos será multicanal, pudiendo pasar el pasajero de una plataforma a otra sin inconvenientes.

Sin entrar en discusiones sobre los beneficios obvios para nuestras vidas del avance tecnológico, no debemos dejarnos deslumbrar por los espejos de colores que, desde algunas empresas, tratan de vendernos sobre las ventajas de la hiperconectividad para el viajero del futuro.

Sólo basta tener en cuenta que, dado que cada vez será más fácil acceder a los datos de los viajeros y compartirlos entre distintos proveedores para, por ejemplo, asignar asientos en trenes o aviones según las preferencias de los clientes, nos preguntamos quién más podrá compartir esta información y cómo se protegerán datos personales que muchos, seguramente, no estarán dispuestos a darlos a conocer. Si bien los sistemas de reserva integrados y la divulgación de los datos de perfiles de los pasajeros permitirán personalizar al detalle los viajes, volvemos al mismo interrogante de arriba: ¿dónde quedará la privacidad de las personas? ¿Y los cambios de gusto o de opinión o de idea respecto de algún viaje? También los bancos aprovecharán esta hiperconectividad ofreciendo a sus clientes la opción de los monederos digitales inteligentes, lo cual facilitará al viajero el seguimiento de sus transacciones pero también se lo facilitará a los posibles hackers que, probablemente, mejoren sus actividades delictivas digitales.

Pero esto es sólo el comienzo, porque durante el viaje se intensificarán los controles biométricos de los pasajeros, con lo cual podemos afirmar que los escritos de Paul-Michel Foucault sobre la biopolítica no perderán vigencia. Por supuesto que al viajero se le dirá que esto es para agilizar los controles y perder menos tiempo en colas y procedimientos de revisación de personas y de equipaje, así como para su propia seguridad y la del resto del mundo.